domingo, 15 de marzo de 2009

Control de Lectura 13: Reseñas 1 y 2


Reseña 1

DE OLIVEIRA, Ismar “La Comunicación Educación como nuevo campo del conocimiento y el perfil de su profesional” en Comunicación-Educación, coordenadas abordajes, travesías, Universidad Central, Bogotá, 2000. (pp. 27-48)

Ante los cambios provocados por la irrupción de las nuevas tecnologías (TIC) la pregunta que se hacen los especialistas del campo educativo es: “¿una nueva realidad pedagógica o nuevos aparatos para una vieja perspectiva educacional?” (pp. 27-28).

La reflexión sobre esta pregunta nos debe llevar, dice De Oliveira, a plantearnos la necesidad de "una profunda revisión del sentido de la acción comunicativa presente en el acto educativo –sea presencial o a distancia–". (p. 28). Como muchos otros conceptos de la racionalidad de Occidente, la educación y la comunicación tuvieron campos de demarcación claramente acotados en el imaginario social. Así la educación debería administrar la transmisión del saber que re-produzca a la sociedad misma, y la comunicación debería responsabilizarse de la difusión de las informaciones, el entretenimiento y la publicidad como el mecanismo de manutención de los medios.

La realidad se ha encargado de demostrar que esa racionalidad ha sido en muchos casos responsable de la situación en la que se encuentra el mundo actualmente: destrucción del ecosistema, guerras injustas contra países ricos en recursos naturales (Vietnam, Irak). Esa idea de la racionalidad que permeó durante todo el siglo XX ha entrado en una etapa de crisis y está siendo sustituida por una racionalidad técnica, bajo el predominio de la información. Hoy vemos como el sector de las TIC, se ha convertido en uno de los más dinámicos de la economía mundial, y es controlado por unas cuantas empresas de los países hegemónicos.

La nueva lógica de la civilización audiovisual y de la información instantánea está terminando por imponerse a la lógica de la civilización del libro y de los conocimientos seriados y sistematizados. Es el conflicto escuela-medios de comunicación. Para Ismar de Oliveira en el ámbito latinoamericano existen dos posturas: la tesis de la “interfaz” que considera que comunicación y educación son dos campos que pueden aproximarse, mas no integrarse. Una segunda postura está constituida por aquellos que consideran que está emergiendo un nuevo espacio de intervención cultural y social, denominado “Interrelación Comunicación-Educación” (p. 31).

El pionero de esta nueva forma de proponer la interdiscursividad comunicación- educación, ha sido el pedagogo brasileño, Paulo Freire. En varios de sus textos, ya clásicos, Freire dio cuenta del papel de la comunicación en tanto relación, como un modo dialógico del actuar educomunicativo. Mario Kaplún, por su parte, planteó la necesidad de crear la competencia comunicativa del educando, y muchos de sus trabajos involucraron a los receptores en la producción de sus propios mensajes, es decir, “educar por la comunicación y no para la comunicación” (p. 33). Jesús Martín-Barbero se incluye en este emergente paradigma, analizando el término de “destiempo” propuesto por Margaret Mead. La antropóloga hace una distinción entre tres tipos de cultura: la posfigurativa (aprendizaje adultos-jóvenes); la configurativa (aprendizaje jóvenes-contemporáneos), y la prefigurativa (aprendizaje adultos-jóvenes). Para esta autora desde los años sesenta emerge una cultura prefigurativa que ha confrontado la autoridad, el comportamiento de los adultos. El vínculo pedagógico que plantea este tipo de cultura debe estar orientada no hacia “lo que los jóvenes deben aprender, sino como deben hacerlo” (p. 35).

A partir de esta interpretación, Martín-Barbero se refiere a los destiempos de la educación, particularmente del “imperio de las letras en detrimento de la imagen”. Se requiere, dice el autor, descentralizar la palabra autorizada y la transformación de las relaciones sociales en la escuela. Se trata ahora de dimensionar un nuevo campo epistemológico: la integración del “tiempo pedagógico” y del “tiempo comunicativo” (ibid.)

Ismar de Oliveira habla de la investigación realizada por el Núcleo de Comunicación y Educación de la Universidad de São Paulo, en torno a la “Interrelación Comunicación / Educación”, que parte de los siguientes postulados:

“Se reconoce que se está inaugurando un nuevo paradigma;
Es concebido como “un proceso, mediático, transdisciplinario, e interdiscursivo;
“Se materializa en algunas áreas de intervención social” (p. 39).

Estas áreas de intervención son reconocidas como áreas autónomas por sus respectivos actores sociales, y pueden clasificarse como sigue:

El área de la educación para la comunicación, como la relación entre los productores, el proceso productivo, y la recepción de mensajes.

El área de mediación tecnológica en la educación, el uso de las TIC en los procesos educativos.

El área de gestión de comunicación en el espacio educativo, enfocada en la planeación, ejecución y realización de los procesos y procedimientos que se articulan en el ámbito de la Comunicación/Cultura/Educación. Y

El área de la reflexión epistemológica sobre la interrelación Comunicación /Educación como fenómeno cultural emergente.

Amén de que estas áreas no son excluyentes, tampoco son las únicas. Es, como dice De Oliveira, un esfuerzo de síntesis en la conformación de un cuerpo teórico de trabajo.

Esta lectura es realmente clarificadora respecto de los temas que hemos venido reflexionando en el módulo, con énfasis especial en la Educomunicación. Ya mencionaba el Dr. Orozco, como el propio Ismar de Oliveira encabezaba el grupo que ha dado lugar, incluso, a una nueva licenciatura en la Universidad de São Paulo. No queda duda de las profundas implicaciones que este nuevo campo de estudio abre para y en América Latina. La pregunta que me hago es por qué no nos dieron esta lectura en los inicios del módulo. A mi parecer hubiéramos tenido una visión estratégica de los temas y de la estructura.

Reseña 2

VALDERRAMA, Carlos Eduardo, “Introducción”, en Comunicación-Educación, coordenadas abordajes, travesías, Universidad Central, Bogotá, 2000. (pp. IX - XXIII).

Desde el título y el subtítulo del libro, el autor nos anuncia el contenido de la compilación. Un grupo de investigadores, casi todos ellos del ámbito latinoamericano, dan cuenta, por medio de sendos textos, de la situación que guarda el campo de la Comunicación-Educación en estos inicios del siglo XXI. Para Valderrama se han constituido tres grandes ámbitos de dicho campo, a saber:
  • Educación para la recepción.
  • Comunicación en la educación.
  • Educación y nuevas tecnologías.
El primero deriva de la tradición que tiene su origen en los primeros estudios realizados en los EE.UU. en la primera mitad del siglo XX. El modelo comunicativo planteado por aquellos trabajos tenían como referente el modelo lineal de los elementos del proceso de comunicación: emisor-mensaje-receptor. En América Latina se han realizado diversos trabajos en el terreno de la educación formal, y otros desde las organizaciones no gubernamentales, que podemos resumir como:
  1. La “Lectura crítica de medios”, enfocada al análisis del contenido ideológico de los mensajes emitidos por los medios, que tuvo como bandera la denuncia del imperialismo ideológico de los EU, allá en los años setenta y ochenta.
  2. La llamada “Recepción activa”, que tuvo sus orígenes en el Centro de Indagación y Expresión Cultural y Artística de Chile (1982), como una manera de resistir el carácter autoritario y propagandístico de la dictadura pinochetista. Su trabajo estuvo enfocado en la recepción televisiva, medio que había pasado de las universidades a la férrea centralización del régimen.
  3. La llamada alfabetización audiovisual que ha tenido un largo desarrollo en el mundo anglosajón, ha influenciado algunas prácticas en Latinoamérica.
  4. La “Educación de las audiencias” cuya labor se ha centrado fundamentalmente en la recepción televisiva, plantea una propuesta pedagógica que modifique la interacción de las audiencias con los medios, de manera crítica y selectiva.
El segundo ámbito, la Comunicación en la educación, ha puesto en el centro de su reflexión las dinámicas comunicativas que subyacen tanto en la relación pedagógica como en la interacción de los sujetos del proceso de enseñanza-aprendizaje, dentro y fuera de la institución escolar. Tiene su origen en el trabajo de Ricardo Nassif que asimilaba al emisor con el docente y al alumno con el receptor. Se trataba de una visión lineal que se correspondía con el modelo también lineal de la comunicación y con una pedagogía reducida a la transmisión de conocimientos.

La crítica a esta modelización de la relación pedagógica en términos comunicativos provino de distintas fuentes. Una de ellas fue la llamada pedagogía de la comunicación, y otra más surgió de la semiótica y los estudios culturales. Tal vez la más importante es la corriente crítica que viene de Paulo Freire y de otros investigadores como Mario Kaplún, Daniel Prieto y Francisco Gutiérrez.

El tercer ámbito, el de la “Educación y nuevas tecnologías”, comienza a tener avances sobre el papel y el lugar de las nuevas tecnologías en la cultura, el devenir de las sociedades y el impacto en la educación y los procesos cognitivos (p. xiv). Valderrama distingue dos tendencias en el desarrollo de este campo. La primera es aquella que proviene de la tecnología educativa, en la que lo fundamental es el desarrollo de sistemas “altamente tecnificados” sin modificar los modelos pedagógicos y comunicativos tradicionales. La segunda, ha intentado aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías, para orientarlo hacia modelos pedagógicos que tomen en cuenta los lenguajes, el hipertexto y el currículo. De hecho, señala Valderrama, uno de los campos de desarrollo pedagógico que involucran el hipertexto y el hipermedia, ha sido el campo de la literatura, particularmente en los países europeos.

El autor señala que de la emergencia del campo Comunicación-Educación en América Latina, pueden detectarse dos importantes rupturas epistemológicas:

La primera está relacionada con el lugar del sujeto (individual y colectivo) en los procesos comunicativos y educativos. El receptor dejó de ser un sujeto pasivo y se ha pasado a ver como un sujeto activo, crítico, capaz de re-significar, y crear sentidos y contrasentidos.

La segunda ruptura la constituye el rompimiento de los modelos lineales (comunicativos y educativos), pues se reconocen otras educaciones, la necesidad de formar a lo largo de la vida y que asume las estrategias que postuló el trabajo de Jacques Delors para la UNESCO: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir y aprender a ser.

Es importante destacar el camino que están tomando los estudios en Comunicación-Educación desde América Latina. Se trata de encontrar soluciones propias a problemas que se han agudizado con los desordenamientos culturales, sociales y políticos. Por ello un de los aspectos que merece destacarse es el carácter político del campo emergente. Esto es algo que ya se vislumbraba desde John Dewey: la ciudadanización de la población, es decir, su politización en tanto relaciones sociales.

La pregunta que puedo formular tiene que ver con la escasa participación de los comunicólogos y educadores mexicanos en estos cambios: ¿a qué se debe?, ¿es acaso que existe poca o nula circulación de sus trabajos?, ¿será que siguen (seguimos) más preocupados por seguir criticado a la televisión y los medios como males sociales?

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